Citroën, especialmente a través de Tissier, ha creado vehículos únicos como el CX Tissier, adaptados para diversas funciones. Este modelo destaca por su diseño aerodinámico y tecnología avanzada, permitiendo transformaciones en ambulancias y transportadores. Su capacidad y estabilidad lo hicieron popular en medios de comunicación y distribución de prensa.
Siempre se ha sabido que las marcas italianas y francesas, sobre todo estas últimas han dado a luz a vehículos la mar de curiosos. Además, Citroen ha sido uno de los fabricantes que directa o indirectamente ha coqueteado más con este tipo de creaciones.
En este caso, el CX Tissier, se trata de un modelo basado en el buque insignia de Citroen, preparado para cualquier tipo de trabajo, sea transportar periódicos o bien helicópteros.
Citroen CX
Después del éxito del DS como representante de gama de la marca, la firma francesa necesitaba renovar su buque insignia, y lo más importante, necesitaba que fuese igual o mejor que “la diosa”.
El encargado de diseñar la nueva berlina de tamaño ejecutivo, fue Robert Opron como ya era de costumbre en la casa gala. El diseño de la berlina mostraba líneas muy fluidas y una trasera tipo Kammback, vista hasta entonces en muchos deportivos legendarios entre los años 50 y 60. El uso del túnel de viento durante años por parte de Citroen hizo que el coeficiente aerodinámico fuese tan bueno (0,36) que era más que un dato, llegando a dar nombre al modelo (CX).
Algunos elementos de diseño como la rueda trasera semicarenada, la luneta posterior cóncava para poder limpiar dicho cristal sin necesidad de limpiaparabrisas, el volante monobrazo con dirección asistida DIRAVI, los relojes del cuadro de instrumentos tipo “tambor” o la piña de mandos satelitales, hacían de este coche una nave espacial sobre ruedas.
Tissier, ingenioso carrocero
Durante la década de 1970 en Francia, nació uno de los nombres más singulares de la industria especializada: Tissier. Fundada por los hermanos Tissier, esta pequeña empresa artesanal se ganó un lugar en la historia del motor gracias a sus radicales y visionarias modificaciones de vehículos Citroën, especialmente del icónico DS. En una época en la que la personalización automotriz era aún un terreno poco explorado, Tissier irrumpió con propuestas que desafiaban la lógica de la ingeniería convencional, fusionando utilidad, diseño y una buena dosis de extravagancia.
Lo que distinguió a Tissier de otras carrocerías o talleres de modificación fue su enfoque en la ampliación de vehículos, tanto en longitud como en capacidad. Sus creaciones más emblemáticas fueron los modelos de seis e incluso ocho ruedas, basados principalmente en el Citroën DS y luego en el Citroën CX. Estas plataformas ofrecían la comodidad de la suspensión hidroneumática, una tecnología avanzada para la época, ideal para transportar cargas delicadas o para ofrecer un andar suave en vehículos de gran tamaño. Así nacieron limusinas descomunales, ambulancias de largo alcance, vehículos de prensa con plataformas integradas, y transportadores de automóviles con una estética y funcionalidad únicas.
Tissier encontró un nicho especialmente útil en el mundo de los medios de comunicación y el automovilismo deportivo. Sus furgones fueron utilizados por cadenas de televisión para cubrir eventos en carretera o carreras, gracias a la estabilidad y capacidad de carga que ofrecían sus diseños. En el ámbito del automovilismo, sus vehículos transportadores eran apreciados por equipos que necesitaban mover coches de competición de manera eficiente sin recurrir a remolques convencionales. Cada modelo Tissier era fabricado casi a mano, adaptado a necesidades específicas, lo que les daba un carácter de pieza única.
CX Tissier
Tras el éxito de sus primeras modificaciones sobre la plataforma del Citroën DS, los hermanos Tissier encontraron en el Citroën CX una base aún más versátil y moderna para seguir desarrollando sus extravagantes creaciones. Gracias a su diseño aerodinámico, su tecnología avanzada y su suspensión hidroneumática, el CX era ideal para adaptaciones que requerían confort, estabilidad y capacidad de carga. Tissier explotó al máximo estas cualidades y dio vida a una sorprendente variedad de vehículos, cada uno diseñado para satisfacer necesidades muy específicas, pero con una estética siempre inconfundible.
Una de las versiones más emblemáticas fue el porte-voiture, un transportador de automóviles de seis ruedas basado en el Citroën CX. Este modelo estaba diseñado para transportar vehículos deportivos, autos clásicos o modelos de lujo a eventos, talleres o ferias, manteniendo siempre un perfil bajo y aerodinámico. Gracias a la suspensión autonivelante, el CX Tissier podía cargar y descargar sin necesidad de rampas complejas, y ofrecía un viaje suave incluso con carga pesada. Estas unidades eran muy apreciadas por coleccionistas y concesionarios especializados.
Otra variante destacada fue la versión fourgonnette, una furgoneta alargada de seis ruedas, con una carrocería cerrada diseñada para el transporte de equipos audiovisuales, repuestos, herramientas o incluso como unidad móvil de edición. Estas versiones eran comunes entre cadenas de televisión, radios móviles o escuderías de rally, que necesitaban combinar espacio, fiabilidad y acceso rápido a sus equipos en terrenos difíciles. Algunas versiones incluían techos reforzados y plataformas de cámara.
Tissier también fabricó ambulancias sobre la base del CX, muy valoradas en zonas rurales de Francia y en servicios de emergencias que necesitaban vehículos largos y estables, capaces de recorrer largas distancias sin comprometer el confort del paciente. Estas ambulancias contaban con espaciosas zonas traseras, adaptadas con camillas, sistemas de oxígeno, y compartimentos para equipamiento médico, todo montado sobre una carrocería de seis ruedas que mejoraba la distribución del peso y la estabilidad.
CX Hollander “service de presse”
En los años 80, la distribución de periódicos en los Países Bajos era una operación que exigía puntualidad, capacidad y fiabilidad. Con una red vial extensa y una gran demanda de prensa diaria, los distribuidores necesitaban vehículos capaces de cubrir largas distancias en pocas horas, transportar grandes volúmenes y adaptarse a un entorno urbano y rural variado. Fue en este contexto que surgió una solución inusual y eficaz: el Citroën CX Tissier “Hollander”.
Este vehículo, resultado de la transformación artesanal de Citroën CX Break por el carrocero francés Guy Tissier, destacaba por su llamativa carrocería alargada y su configuración de seis ruedas. Aunque no fue un modelo oficial de fábrica, el apodo “Hollander” surgió por su amplia presencia en el mercado neerlandés, donde muchas empresas lo adoptaron para el reparto matutino de periódicos.
El desarrollo del CX Hollander partía de un Citroën CX de base, con su reconocida suspensión hidroneumática, que garantizaba un andar suave y una altura constante independientemente de la carga. Tissier alargaba el chasis más de un metro, añadía un tercer eje trasero para mejorar la estabilidad y la capacidad de carga, y construía una carrocería tipo furgón cerrada y espaciosa. Así, el vehículo podía transportar entre 1.200 y 1.500 kg de periódicos en un volumen considerablemente mayor que el del CX original.
En cuanto a motorización, la mayoría montaba motores diésel de 2.5 litros, equilibrando potencia y eficiencia para enfrentar rutas largas y frecuentes. Su transmisión manual de cinco velocidades permitía al conductor mantener un ritmo constante, alcanzando velocidades de hasta 120 km/h, algo notable para una furgoneta de su tamaño y configuración.
El transporte de periódicos con estos vehículos comenzaba en la madrugada. Desde las imprentas centrales, los paquetes de diarios se cargaban meticulosamente para optimizar el espacio y facilitar las paradas posteriores. Los conductores, con horarios estrictos, debían recorrer cientos de kilómetros cubriendo una red de distribución que incluía ciudades grandes, pueblos y zonas rurales, entregando los periódicos en kioscos, estaciones y puntos de venta antes de la apertura.
La ventaja del CX Hollander radicaba en su combinación de estabilidad, capacidad y rapidez. Su suspensión hidroneumática minimizaba los golpes durante el trayecto, lo que ayudaba a mantener los periódicos en perfecto estado, evitando arrugas o daños. Además, su diseño bajo y aerodinámico facilitaba la conducción en autopistas y calles estrechas, una mezcla poco común en vehículos de reparto de gran volumen.
La cotización actual de los Citroën CX fluctúa dependiendo de si se trata de una versión con seis o incluso ocho ruedas. Actualmente hay a la venta un Citroën CX Tissier 1982 de seis ruedas y solo 28.000 km, cuyo precio se sitúa en torno a los 35.000 €. En 2019, Artcurial subastó una camper Tissier de 1982 que se cerró en 9.500 €, este precio también es debido a su estado, dado que no era de colección.
Como todo, dependiendo del estado se posiciona en un lugar de la horquilla de precio o en otro, teniendo en cuenta que se tratan de piezas artesanales y exclusivas, pueden llegar a parecer incluso “baratas” teniendo en cuenta el mercado actual.